viernes, 16 de agosto de 2019


La libreta roja

Todas las mañanas se levantaba  con el pie derecho. Después del aseo y el desayuno empezaba el ritual: abría y cerraba las puertas  tres veces, comprobaba el gas, las luces, los grifos; miraba bajo la cama…era agotador, pero eso le daba seguridad. Por último, buscaba en su maletín la pequeña libreta roja. Luego salía de casa. Siempre con el pie derecho.
Aquel  día, no encontró su libreta. Se quedó lívido. Su estómago parecía empeñado en trepar hasta la garganta. Se secó el rostro;  sudaba copiosamente. Estaba perdido, angustiado, fuera de control…casi dando traspiés salió de casa. Iba ciego, quería llegar cuanto antes, quizá se la dejó en el hospital, pensó.
Llegó a su destino jadeando. Quedó plantado frente al  edificio mirando el rótulo de la fachada: Centro Psiquiátrico. Contaría hasta diez, después entraría. Así, compensaría su mala suerte.
La enfermera le saludó sonriente mientras le daba el codiciado objeto —Buenos días, ayer se dejó su libreta roja.
La abrió con avidez y leyó frase que el mismo había escrito: “si me llevas contigo todo saldrá bien.”
Poco a poco fue recuperando la compostura. Entró  en  la  consulta, se puso la bata y llamó a su primer paciente.


Microrrelato finalista en VI Certamen-Maratón de Microrrelatos convocado por CLAVE (Aspciación Valenciana de Escritores y Criticos Literarios. Mayo 2019.

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