miércoles, 9 de octubre de 2019


Exprimiendo la libertad

Abrió los ojos y notó que sus ansias de libertad, ese día, no iban a conocer los límites. El día anterior le había costado procurarse comida; cada vez costaba más encontrarla. No en balde vivía en la calle. Cierto es que ella no se lo pensaba dos veces antes de trasladarse de un sitio a otro; si notaba que donde estaba no le iba a proporcionar el bienestar que necesitaba, se largaba sin pena ni gloria. Eso era la parte positiva de vivir a su aire, sin normas a las que acogerse, tan solo las que la naturaleza le imponía.
Lo cierto es que todo se había vuelto rígido, establecido, controlado. Notaba que no era bienvenida casi en ningún lugar,  ya eran demasiadas en la calle...
Tenía hambre. Se le daba bien pescar, pero hasta en el mar escaseaba la comida. Se desperezó, oteó el horizonte y vio algo que momentáneamente sabía que le iba a proporcionar satisfacción. Alzó el vuelo y se lanzó sin pensarlo; después de dar un par de vueltas alrededor, se plantó encima de la cabeza de aquella estúpida estatua y alivió sus necesidades más básicas...sintió la libertad en su estado puro a pesar de la rigidez de su improvisado WC...y eso que no entendía de clases sociales.
Después la gaviota, se quedó inmóvil, erguida, desafiante, aliviada...
Alguien desde algún lugar, con su cámara, inmortalizó, para siempre, los contrastes de aquél memorable momento.